NUNCA ME ABRAS LA PUERTA
Pero no importa, dale,
llévate mi alegría en tus labios,
haz papel de fumar mis poemarios,
cambia la cerradura, vive el cielo.
Haz el favor de ser feliz,
y nunca, nunca
abras a ese mamarracho enfebrecido
que llamará a tu puerta
las próximas semanas.
Se hará pasar por mí
-ya te lo advierto-
y te traerá la peste.
Pedro Andreu
Fot: Jone Reed´