sábado, 8 de marzo de 2014

LM Panero, RIP


Cuando amanece y ya no hay nadie 
y está solo el cruel despertar 
y los ojos se abren una vez más 
para contemplar el fin del poema, 
la tumba en que nada hay escrito 
sino un secreto 
entre el hombre y el hombre 
y el cuerpo como un tambor en las sombras 
como la flor de la ruina 
donde los cuerpos hablan 
y el agrimensor mide la ruina.

Leopoldo María Panero