Catálogo de virtudes. Y algunos vicios.
Las más populares (virtudes) son las que se oponen a los llamados siete pecados capitales.
La humildad, que se opone a la soberbia.
La generosidad, que se opone a la avaricia.
La castidad, que se opone a la lujuria.
La mansedumbre, que se opone a la ira.
La templanza, que se opone a la gula.
El amor fraterno, que se opone a la envidia.
Y la diligencia, que se opone a la pereza.
Hay más virtudes. Y pecados.
Así, por ejemplo, las llamadas Virtudes Teologales:
La fe, la esperanza y la caridad.
También las llamadas Virtudes Cardinales:
Templanza, prudencia, justicia y fortaleza.
También encontramos Dones. Así, por ejemplo, los siete del Espíritu Santo:
Sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor a Dios.
El Espíritu Santo es un personaje fascinante. De él manan, por ejemplo, doce frutos:
La caridad, la alegría, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la mansedumbre, la humildad, la fidelidad, la modestia, la continencia y la castidad.
Si queremos ser buenos, obraremos con misericordia.
Las Obras de Misericordia pueden ser Corporales o Espirituales.
Las Obras Corporales de Misericordia son, como no, siete:
Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento (inciso: es importante no dar de comer al sediento y de beber al hambriento, está contraindicado), vestir al desnudo (a veces y según el contexto, desnudar al vestido), dar posada al peregrino, visitar a los enfermos, redimir al cautivo (a veces encerrar al libre) y enterrar a los muertos.
Las Obras Espirituales de Misericordia también son siete:
Corregir al que yerra, enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, consolar al triste, sufrir con paciencia los defectos del prójimo, perdonar las injurias y rogar a Dios por los vivos y los muertos.
Tenemos que ir con cuidado para no hacernos responsables de los pecados de los demás. Y somos responsables de los pecados de los demás cuando los hayamos causado, compartido o intencionado. ¿Cómo? Pues... por consejo, por mandato, por provocación, por consentimeinto, por alabanza, por ocultación, por complicidad, por silencio o por defensa de la maldad hecha.
En fin... que ser bueno no es tan sencillo...
Os deseo unas felices fiestas y blablabla.