lunes, 28 de abril de 2008

Un poco de ácido...

Penúltimo encuentro


- Hola.
- Pasa, llegas tarde.
- No hay forma de aparcar en tu barrio…
- Por eso no tengo coche.
- Te sienta muy bien ese peinado…
- Me sienta muy bien estar sin ti. En cambio no puedo decir lo mismo de ti ¿Has vuelto a la comida basura?
- He vuelto a comer fuera todos los días.
- A tu chica no le gusta cocinar.
- ¿Qué has preparado tú?
- Algo rico, no te preocupes.
- Me encanta tu casa.
- A todo el mundo le gusta.
- Ya tienes lo que querías: un paraíso de orden, limpieza y buen gusto.
- Mi concepto del paraíso ha cambiado…
- ¿Ah si…?
- Si… Ahora es cualquier sitio donde no estés tú.
- ¡Si que has cambiado!
- No tanto como tú, has pasado de ser un dios griego a un gordito simpático.
- No empieces.
- Supongo que ahora te sería más difícil serme infiel.
- Nunca te fui infiel.
- Ya no tiene sentido que lo niegues.
- Ni tú que insistas. Está muy bueno el arroz…
- Gracias. No sabía que te gustara el arsénico.
- No seas cabrona.
- ¡Perdona!
- ¿Sabes? Follas mucho mejor de lo que cocinas…
- Eso no es nada nuevo…
- Depende, ahora cocinas aún peor que cuando estábamos casados. Si la regla es inversa, debes follar aún mejor.
- Siempre he follado muy bien, incluso follo mejor de lo que hago el amor.
- ¿Ahora lo diferencias?
- Ahora puedo comparar.
- Interesante ¿Y con que te quedas?
- Con una buena comida de coño.
- Sigues siendo una mujer decente con alma de puta.
- Lo sé.
- Y eres la mujer mas soberbia del mundo.
- También lo sé.
- ¿Me vas a dejar que te folle esta noche?
- Ya no me gusta tu olor…
- ¡Bésame!
- Juguemos a un juego ¿Te apetece?
- Sabes que sí…
- Hoy seré yo quien te penetre a ti.
- Mmmm…

Justo en ese instante un cuchillo de cocina atravesaba lenta y firmemente el pecho de él. Al principio entró suave, después la trayectoria se complicaba, casi se podía sentir como se iban desgarrando sus órganos vitales mientras, su cara de pavor, desprendía todo el miedo capaz de contener aquel cuerpo deshumanizado por el vicio de un enfermo mental adicto al sexo. Mientras ella le susurraba: -Sí, ahora follo mejor, pero ningún orgasmo me ha hecho disfrutar tanto como este momento.-

Una hija de puta con clase